miércoles, 9 de julio de 2014

Ocho apellidos Vascos

España, nuestra madre patria. posee algunas curiosas situaciones que, a decir de los entendidos, son muy europeas y al mismo tiempo parecen venirle Dios sabe de donde. Una de ellas, el rabioso regionalismo que los convierte en una de las naciones mas multiculturales de la tierra (a despecho de los gringos, que se ven a si mismos como un enorme crisol racial, pero que en realidad son mas bien un enorme muegano poblacional que nunca ha terminado de adaptarse a su tierra) Este detalle, ha sido convertido en una comedia por Emilio Martines Lázaro, director que alcanzara la celebridad con su obra El otro lado de la cama (2002)
Y hacer de este tema una comedia no es una cuestion sencilla. Lo cierto es que España vive en estos momentos, dias duros, en los que se habla una vez mas, y fuerte, de separacion, de independencia, de autonomia. Y volver caricatura a los protagonistas de este enfrentamiento, podria pecar de peligroso. Hablo tan solo como un espectador lejano y sin compromiso y tal vez de alli venga mi optimismo. Pero el guion de Borja Cobeaga y Diego San Jose es hilarante y muy ritmico, y consigue presentar una situacion espinosa con gracia.
Rafa es un joven sevillano que conoce y cae prendado de una joven Vasca, Amaia. Tras su inicial encontronazo étnico, vivirán un breve y tórrido amorío (por breve me refiero a de una noche, y perdonen la aclaración mojigata) Rafa queda enamorado, pero ella regresa a su casa en el País Vasco, tratando de olvidar una reciente ruptura amorosa que la ha dejado casi a las puertas de la iglesia a punto de casarse. Rafa sigue a la muchacha, cargado de los prejuicios que todos los Andaluces parecen sufrir por los Vascos. De allí, derivara una comedia de enredo donde Rafa tratara de ligar con Amaia, ante los ojos vigilantes del padre de ella, un Vasco de rancia estirpe, que ha regresado a la vida de su hija, y ahora esta decidido a ser guardián de su felicidad. 
Poco mas se puede decir del argumento. Se trata de una comedia romantica clasica, cargada de cliches, facilona y predecible. Muy divertida y sin ninguna sorpresa. Se le podrían encontrar defectos al argumento, se le podría acusar de trivializar un problema serio, pero desde mi perspectiva, la labor de la comedia es precisamente esa. Tratar de ridiculizar una situación que nos tomamos muy en serio, para que veamos que, en realidad, no es tan serio como creemos.

Por mi parte, solo diré que es una de esa comedias españolas que de tanto en tanto me gusta ver. Y que sin ser ninguna obra maestra, tiene momentos memorables (Un par a cargo de su protagonista masculino, Dani Rovira) como la extraña confesión entre el Andaluz y el sacerdote Vasco. La recomiendo para un rato divertido sin mas averiguaciones.  

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