jueves, 17 de julio de 2014

CHEF A DOMICILIO


Soy un firme creyente de que no hay nada como ese cine en el que el director, el escritor o el productor, se ponen a trabajar en una historia que les conmueva de alguna manera, que los haya tocado o que estén interesados en contar. Ese, al final, es el gran secreto del cine. Tener algo que comunicar. Jon Favreau, célebre por su participación en el mega proyecto de Marvel comics al coordinar el segmento Iron Man y dirigir las dos primera entregas del vengador de la armadura dorada, ha cambiado radicalmente sus terrenos de dirección. Su más reciente trabajo  película, Chef (Jon Favreau 2014) reúne a varios de sus colaboradores habituales, como Robert Downey Jr, y Scarlett Johanson con talentosos actores como Jhon Leguizamo y Dustin Hoffman. Para contarnos una historia sobre un Chef atrapado en un trabajo de mediano éxito pero que ya no lo estimula. Una pelea en twitter con un crítico gastronómico lo pondrá en el centro de una tormenta mediática, que desembocara en su despido. Y esto lo obligara a reevaluar su vida entera, su fallido matrimonio, la relación distante y accidentada con su hijo, y sus sueños pospuestos. Aquí está el argumento de la película entera.

Sin embargo, no es ni de lejos, una buena descripción de la cinta. Favreau consigue retratar maravillosamente ese mundo extraordinario que es la cocina. La manera en la que fotografía el proceso de crear guisos es fascinante y muy intima. En más de una ocasión se descubrirán salivando por lo que en la pantalla está ocurriendo (Advertencia: No la vean si tienen mucha hambre. Ocurrirá que se saldrán del cine a buscar comida) El sountrack de la película es otra delicia, salpicado de música cubana, en versiones clásicas o en covers. La película funciona como una maravillosa road movie que recorre los Estados Unidos desde Florida hasta los Ángeles, mostrando gastronomía, paisajes y música en un tapiz que demuestra que ninguna otra tierra en el mundo reúne, en tan poco espacio, tantas maneras distintas de comer, cantar y vivir. Hace algún tiempo mencione que EUA es  un enorme muégano cultural y racial. La película de Jon Favreau  es un tapiz que demuestra mi punto. Y que señala que lo que dije, no es de ninguna manera un insulto o un menosprecio. Solo una descripción.

Hay defectos, claro que los hay. Jon Favreau dirige para la comida. Su historia es reposada, no tiene grandes altibajos, y le falta un poco de punch. Es tremendamente real, y eso quizá a algunos les parezca aburrido. Pero lo que si considero en detrimento de la historia es que no sabe fotografiar sus escenas más dramáticas. Aquellas en las que debería lucirse. Los diálogos de sus personajes, que son realistas y bien trabajados, se resquebrajan en horribles secuencias de Plano-Contraplano que marean en más de una ocasión. No puede darle una visión a sus diálogos más íntimos, y es allí donde radica el defecto de Chef a domicilio.


El director se permite en esta película, deslizar una patada bajo la mesa a la comunidad de críticos, y jugar con las modernas redes sociales, como Vine, Twitter y You Tube. Protagonizada por el mismo Favreau, que interpreta sin estridencias su propio guion, es una disfrutable cinta que, sin ser ninguna obra maestra, divierte, emociona y deja que uno pase un par de horas en el cine pensando que deberían hacerse más películas de este estilo en Hollywood. Para variar.

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