Jorge Ibargüengoitia
dijo alguna vez que un clásico podía ser definido como aquello que llevaba una
idea hasta la última consecuencia, la remataba y la dejaba inservible. Es
decir, creía que una idea podía ser inutilizada simplemente fabricando su mejor
exposición, de tal manera que a partir de ese momento, no podamos más que hacer
citas.
Esta verdad se aplica
a muchas disciplinas artísticas, pero en el cine tiene curiosos desafíos. Todos
conocen la maravillosa Nosferatu De Murnau, pero algunos cinéfilos creen
que el remake de Werner Herzog compite en belleza con su original, y abre un
sendero de erotismo y poesía del que carece la original. La primera versión de la
cosa del otro mundo posee un encanto particular de vieja serie B, pero la reinvención
de John Carpenter es mucho mas claustrofóbica, obscura y aterradora que su
original. Infernal Affairs, del Hongkonés Andrew Lau es una joya del cine
violento, pero Scorcesse logró volverla un espectacular juego de gato y ratón
bien dirigido, que mereció Oscares y admiración por todo el mundo, al menos
empatando a su original. Y podemos
contar por decenas las recreaciones de un mismo personaje que tiene un lugar en
el corazón de sus seguidores. Como el Zorro, el conde Dracula y Robin Hood.
El célebre detective
de Baker Street no sería la excepción. la creación del doctor Conan Doyle es
inmortal por derecho propio, padre o por lo menos abuelo de los personajes de
comics (Bob Kane, el creador de Batman, siempre reconoció dos deudas
fundamentales. la que visualmente tenia con Da Vinci, y la que en personalidad debía
a Holmes) antecedente de los héroes de Pulp (Los primeros héroes gráficos entre
los que están Tarzan, Doc Savage y el Llanero Solitario) referencia
indispensable de la literatura de detectives, y una de las personalidades de ficción
mas populares de todos los tiempos ( Una de sus últimas reencarnaciones es
doctor y responde al nombre de Gregory House)
El genial detective Sherlock
Holmes ha estado en la pantalla cinematográfica desde la época en que su
creador aun estaba vivo. Su primera aparición en la pantalla de plata data de
1903. Y desde entonces, ha visto más de 200 películas y ha sido representado
por más de 70 actores distintos. (Es el personaje de ficción mas representado)
Es entonces justo preguntarse si debe haber otra película de él. Y Guy Ritchie
ha demostrado que si. Un clásico debe reinventarse, mantenerse fresco, y ser
presentado a las nuevas generaciones. Entre otras cosas, para que no sigamos
creyendo que Dan Brown invento las conspiraciones, la señora Rowling a los
magos y Stephenie Meyer a los vampiros y los hombres lobo.
La película posee el
toque inconfundible de Ritchie, que hace una pausa de su saga Rockanrolla, para
mostrarnos un Londres victoriano que es el antecedente del que ha mostrado en Juegos,
trampas y dos armas humeantes (1998) y en la genial Snatch (2000) En
este escenario, Holmes enfrenta un enigma de naturaleza más bien sobrenatural,
con el raciocinio frio que lo caracteriza, secundado por un doctor Watson al
que Jude Law consiguió encarnar como lo concibió su autor, gallardo y valeroso,
en lugar de como el patiño ingenuo, gordo e inútil que anteriores versiones nos
habían dado.
Robert Downey Jr., que ha tomado un segundo aire y vuelto al nivel
que le conocimos en los días de Chaplin (Richard Attemborough 1992) y Asesinos por naturaleza
(Oliver Stone 1994) nos da a un Holmes desaseado, maniaco y divertido, sin
dejar de ser el genio deductivo que esperamos ver, y que usa sus talentos de
maneras innovadoras, entre las que se cuenta un talento para las peleas a puño
limpio por las que Ritchie siente verdadera fascinación. La película es tan
genuinamente clásica, que incluso la participación de Irene Adler, encarnada
por Rachel McAdams, parece más bien forzosa para incluir atractivo femenino. No
porque el mito de Holmes lo requiera.
Una recomendación del
pollo cinéfilo para iniciar el año. Con una secuela más que anunciada y la demostración
de que nuestro amado detective aun no hace, a despecho de su mismo autor, su
ultimo saludo en el escenario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario