Ciertas
historias parecen inventadas aunque los documentales pretendan ser historias
tomadas del natural. Food Inc. (Robert
Kenner 2008) presenta a la transnacional
Monsanto como una agrupación de supervillanos y Sicko (Michael Moore 2007) nos hace pensar que es Satán mismo quien
dirige los programas de salud en EUA. Ahora el ganador del premio de la
academia a mejor documenta 2012, Searching
for Sugarman (Malik Bendllejoul ) nos trae una historia que parece una
ficción.
Sixto
Rodríguez era un joven trovador en Detroit en los 70s. Su primer disco, Cold
fact, recibió muy buenos comentarios
de sus productores, y estaba lleno de hermosas canciones poéticas y criticas,
autenticas reseñas urbanas. El disco no tuvo la menor resonancia (Su productor
dice que tal vez haya vendido 6 discos…No, no es una broma) y Rodríguez grabo
un segundo LP: Coming from reality. Que obtuvo la misma
recepción inexplicable. Tras dos fracasos de este calibre, Rodríguez
desapareció. Este podría ser en final de la historia. Pero entonces algo
ocurrió.
Uno de sus
LP tuvo un curioso destino. Una chica lo llevo a Sudafrica, donde comenzó a ser
escuchado y pirateado por una sociedad sumergida en la peor parte del tristemente
celebre Apartheid, el sistema de segregación racial que volvió a esa nación
paria entre los países de la época. Allí, Cold Fact se volvió un disco mítico,
buscado y codiciado por una juventud que, ansiosa de himnos, encontró en las
letras de este anónimo cantautor de raíces mexicanas, identificación y voz.
Allí comenzó la leyenda. Ante la ausencia de datos del músico, se tejieron
leyendas, rumores y anécdotas sobre el, que incluían un triste final, cuando
Rodríguez, decepcionado por el fracaso, se baño en gasolina durante un
concierto y se prendió fuego.
La película
nos muestra, pues, el fenómeno de un músico que fracaso estrepitosamente en su
país, mientras se volvía, sin saberlo, una super estrella en Sudafrica (Los
entrevistados lo equiparan a los Beatles y lo consideran superior en impacto y
fama a Elvis Prestley) Y el documental abunda en anécdotas sobre el impacto del
disco entre la juventud, la censura que sufrió, la influencia sobre una
generación de músicos que trataban de luchar desde la trinchera artística
contra el Apartheid, así como lo que significó como banda sonora de una
generación.
El
documental es vertiginoso. Tiene materiales extraídos de una docena de fuentes,
que varían de calidad visual o auditiva, pero que conforman un tapiz
extraordinario de aquella época. Y el sountrack
está compuesto por canciones del
propio Rodríguez. Una serie de melodías tristes y evocadoras que nos dejan la
sensación curiosa al escucharlas, de ser algo ya conocido, aunque sea la primea
vez que las escuchamos. Y que nos lleva a preguntarnos como es que alguien con
tan enorme talento no alcanzó una mayor popularidad. Otra circunstancia del
filme, esta dada por la reacción de incredulidad del público, sobre todo el
joven, frente a la historia. Una crónica así les parece imposible. El fenómeno
les resulta ajeno. Nadie puede perderse y mantenerse anónimo en nuestros
días hiperconectados. Pero hubo un tiempo en que un océano de distancia era tan
lejos como decir otro planeta y que conseguir la música de alguien estaba mucho
mas lejos que un par de clicks. Aun más, se los aseguro. Vean Buscando a Sugar man. Les aseguro que
saldrán fascinados de esta maravillosa historia que parece de inventada, pero
que no lo es.
POSDATA : El pasado 13 de mayo de 2014, Malik Benjelloul se suicido a los 36 años de edad, malogrando de esta manera una prometedora carrera, y agregando su propio capitulo a esta extraña historia de olvidos inexplicables y eventos incomprensibles que es, la carrera de Rodríguez. Vaya desde aquí un respetuoso minuto de silencio. Que descanse en paz.
Para Malik
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