martes, 22 de julio de 2014

ARCHIVO 8 BUSCANDO A SUGARMAN


Ciertas historias parecen inventadas aunque los documentales pretendan ser historias tomadas del natural. Food Inc. (Robert Kenner  2008) presenta a la transnacional Monsanto como una agrupación de supervillanos y Sicko (Michael Moore 2007) nos hace pensar que es Satán mismo quien dirige los programas de salud en EUA. Ahora el ganador del premio de la academia a mejor documenta 2012, Searching for Sugarman (Malik Bendllejoul ) nos trae una historia que parece una ficción.

Sixto Rodríguez era un joven trovador en Detroit en los 70s. Su primer disco,  Cold fact,  recibió muy buenos comentarios de sus productores, y estaba lleno de hermosas canciones poéticas y criticas, autenticas reseñas urbanas. El disco no tuvo la menor resonancia (Su productor dice que tal vez haya vendido 6 discos…No, no es una broma) y Rodríguez grabo un segundo LP: Coming  from reality. Que obtuvo la misma recepción inexplicable. Tras dos fracasos de este calibre, Rodríguez desapareció. Este podría ser en final de la historia. Pero entonces algo ocurrió.

Uno de sus LP tuvo un curioso destino. Una chica lo llevo a Sudafrica, donde comenzó a ser escuchado y pirateado por una sociedad  sumergida en la peor parte del tristemente celebre Apartheid, el sistema de segregación racial que volvió a esa nación paria entre los países de la época. Allí, Cold Fact se volvió un disco mítico, buscado y codiciado por una juventud que, ansiosa de himnos, encontró en las letras de este anónimo cantautor de raíces mexicanas, identificación y voz. Allí comenzó la leyenda. Ante la ausencia de datos del músico, se tejieron leyendas, rumores y anécdotas sobre el, que incluían un triste final, cuando Rodríguez, decepcionado por el fracaso, se baño en gasolina durante un concierto y se prendió fuego.
La película nos muestra, pues, el fenómeno de un músico que fracaso estrepitosamente en su país, mientras se volvía, sin saberlo, una super estrella en Sudafrica (Los entrevistados lo equiparan a los Beatles y lo consideran superior en impacto y fama a Elvis Prestley) Y el documental abunda en anécdotas sobre el impacto del disco entre la juventud, la censura que sufrió, la influencia sobre una generación de músicos que trataban de luchar desde la trinchera artística contra el Apartheid, así como lo que significó como banda sonora de una generación.


El documental es vertiginoso. Tiene materiales extraídos de una docena de fuentes, que varían de calidad visual o auditiva, pero que conforman un tapiz extraordinario de aquella época. Y el sountrack  está  compuesto por canciones del propio Rodríguez. Una serie de melodías tristes y evocadoras que nos dejan la sensación curiosa al escucharlas, de ser algo ya conocido, aunque sea la primea vez que las escuchamos. Y que nos lleva a preguntarnos como es que alguien con tan enorme talento no alcanzó una mayor popularidad. Otra circunstancia del filme, esta dada por la reacción de incredulidad del público, sobre todo el joven, frente a la historia. Una crónica así les parece imposible. El fenómeno les resulta ajeno. Nadie puede perderse y mantenerse anónimo en nuestros días hiperconectados. Pero hubo un tiempo en que un océano de distancia era tan lejos como decir otro planeta y que conseguir la música de alguien estaba mucho mas lejos que un par de clicks. Aun más, se los aseguro. Vean Buscando a Sugar man. Les aseguro que saldrán fascinados de esta maravillosa historia que parece de inventada, pero que no lo es. 


POSDATA : El pasado 13 de mayo de 2014, Malik Benjelloul se suicido a los 36 años de edad, malogrando de esta manera una prometedora carrera, y agregando su propio capitulo a esta extraña historia de olvidos inexplicables y eventos incomprensibles que es, la carrera de Rodríguez. Vaya desde aquí un respetuoso minuto de silencio. Que descanse en paz. 
Para Malik 


No hay comentarios:

Publicar un comentario