jueves, 21 de agosto de 2014

ARCHIVO 16 GRITOS EN EL PASILLO


Es algo bien sabido que en cuestión de películas de horror, cuenta mucho el modo en que se nos presenta la historia. Una y otra vez nos han contado las andanzas del conde Dracula y toda la fraternidad de hematófagos que le anteceden y proceden. Las andanzas de los hombres lobo han sido alteradas hasta hacerlas casi irreconocibles. Las presentaciones variadas para  la posesión satánica se nos multiplican. Y recién pude ser testigo de la gran alteración  del tema Actividad paranormal. Lo mudamos de ciudad, filmándolo en Tokio, en idioma Japonés, y queda irreconocible (No, no es cierto, pero parece que alguien en los estudios lo creyó)
Esta larga parrafada, tiene como objeto minimizar su reacción, ante la siguiente declaración. Acabo de ver una magnifica película de terror. Y está protagonizada por cacahuates.

Si aun siguen leyendo, es porque ya están acostumbrados a lo que escribo. Sé que iba a minimizar mis colaboraciones sobre el cine de terror, pero les juro que esta cinta que a continuación reseño, de verdad vale la pena.
Un famoso ilustrador de cuentos infantiles, es llamado a un hospital siquiátrico. El director del mismo desea que el artista cree murales en las paredes del manicomio, con la intención de hacer del lugar un sitio menos lúgubre. Creyendo que ayuda a la terapia de los internos, el artista acepta. Pero pronto se da cuenta de que algo extraño ocurre en el asilo. Durante las noches, es testigo de extrañas apariciones. Y mientras trabaja, escucha alaridos en los pasillos. Y poco a poco se va sumergiendo en una atmosfera cada vez más enloquecedora, que le revelará que el lugar donde se encuentra, lentamente se va convirtiendo en una prisión.

No quiero hablar más de la anécdota de la película, para no arruinárselas a mis lectores. Y de todas maneras, aun hay que aclarar mi descripción inicial. Esta película española, dirigida por Juanjo Ramírez, y lanzada en 2007, lleva el merito adicional de estar protagonizada por cacahuates, en una innovadora manera de hacer animación. Sacando gran partido de sus decorados en miniatura, la cinta nos presenta una fotografía que es una delicia, al mismo tiempo que un copioso homenaje al género, en el que desfilan referencias a Nosferatu, a Gabinete del doctor Caligari, al primer Dracula, y a cintas mucho más modernas, como Atrapado sin salida o Pi.


Sin embargo, la efectividad de Gritos en el pasillo supera la peculiaridad de su realización. Es una autentica cinta de horror con todas las de la ley. Intrigante, oscura y bien narrada. Que sean unos cacahuates y no actores, quienes están atrapados en esta pesadilla, no la hace ni menos interesante ni menos  atractiva.  Y a pesar de que seguramente ese será el detalle que la gente recuerde mas, si ayuda a que durante hora y media, nos dejemos envolver por este oscuro cuento de terror botanero (Nunca mejor aplicado) los creadores habrán acertado a la hora de elegir el vehículo para contar su historia. Trayéndonos una película sui generis, divertida y alucinante.

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