Cuando
alguien utiliza tu puerta o el exterior de las paredes de tu casa como lienzo
para pintar, es poco probable que te parezca una obra de arte. Desde siempre,
el graffiti ha sido una manifestación artística sujeta a
gran controversia. Para algunos es simple vandalismo, para otros, el intento de
integrar la plástica a nuestras asfixiantes ciudades, de una manera osada e
inusitada. Moderno tribalismo pictórico, códigos criminales velados y así
podríamos seguir. Aunque no es ni de cerca el primero, Exit througth the gift shop es un interesante documental en torno a
esta temática. Dirigido por Bansky, un moderno grafitero y artista urbano, este
documental arranca con la obsesión de un inmigrante francés en Estados Unidos, Thierry
Guetta,
por el cine (debería decir por la mera captura de imágenes) primero,
luego por el graffiti, y tras una primera temporada tras los pasos de Space Invader,
Shepard Fairey (Famoso hoy por el poster
en azul y rojo que compuso para la campaña presidencial de Barack Obama) Monsieur André, Zeus(un artista
extraordinario que se especializa en pintarle sombra a los objetos cotidianos) y otros, su encuentro fortuito y
definitorio con Banksy.
A partir de
aquí, veremos un fenómeno sorprendente. El documentalista se convierte en
objeto de observación, y el observado pasa a volverse un testigo ocular de la mutación
de nuestro cineasta en una moderna figura del arte moderno. La primera parte
nos da un formidable recorrido espástico por el arte urbano, prácticamente in
situ, ya que Guetta sigue a los artistas hasta “la escena del crimen” el lugar
donde plasman su obra. La segunda parte, Banksy observa a un hombre que parece
incapaz de plasmar en una cinta coherente lo que ha visto. Guetta no tiene
lenguaje, ni propósitos, ni incluso, la sensibilidad e inteligencia para
realizar su película. Pero al mismo tiempo, descubre que no debe hacerla. Que
puede, en lugar de un testigo, volverse el protagonista. Inicia su carrera de
artista urbano. Es aquí donde la película alcanza su clímax. Porque a través de
los ojos de Banksy, vemos literalmente la fabricación de un artista plástico,
partiendo prácticamente de la nada. Guetta, que aparentemente es un analfabeto
artístico, se transformara a fuerza de pose, trabajo demencial, publicidad y
promoción, en un exitoso artista plástico: Míster
Brainwash.
Es justo
aquí donde la película alcanza sus mejores momentos. ¿Es Mr. Brainwash un verdadero artista plástico? ¿Es al menos una voz
interesante en el panorama pictórico? ¿Su trabajo no es solo la acumulación de
lugares comunes artísticos y mucha superficie sin substancia? ¿Es un plagio lo
que hace? (Y aquí cabe destacar que el mismo Banksy, a pesar de su celebridad
como fenómeno contracultural, ha sido acusado de plagio, mercantilismo y
oportunismo artístico) Para poder decirlo es necesario ver la película, toda la
obra de Mr. Brainwash, y aun así, es
probable que no podamos tener un fallo definitivo. La misma película lo
sugiere, cuando dictamina que será el tiempo el que decida si lo que estamos
viendo es arte o no. Desde mi perspectiva, es un experimento social fascinante,
que trata una vez mas de colocar bajo la lupa al arte, intentando
viviseccionarlo, sin saber que se trata de una labor imposible por definición.
Si el arte está vivo, encerrarlo, partirlo, taxonomizarlo, solo lo destruye,
volviéndolo inalcanzable. Una gran propuesta fílmica, en su año nominada al Oscar a mejor
documental. La estrambótica recomendación de esta semana del pollo cinéfilo.
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