martes, 19 de agosto de 2014

ARCHIVO 15 EL CINE GORE


Dentro del festival de cine MACABRO 2009, exhibido en el centro cultural universitario y la cineteca nacional, una de las cosas que más llamo la atención fue la retrospectiva dedicada a Herschell Gordon Lewis, para muchos cinéfilos, el cineasta padre del genero Gore. Bautizado así por la gran cantidad de sangre que se muestra en pantalla, es irónico que, al menos como genero escénico, el espectáculo de las vísceras y la sangre ya tuviera una denominación cuyo nombre se asocia hoy con cosas muy diferentes. Guiñol.

En 1888 cuando el teatro de Grand Guignol presentaba sus espectáculos en Paris, la descripción que los críticos hacían de este teatro de marionetas era algo parecido a esto. “Historias sobre esposas infieles y maridos igualmente infieles, que perpetraban espantosas venganzas en las que abundaban las estrangulaciones, las extremidades cercenadas, los ojos arrancados y la locura rampante, todo esto representado  entusiásticamente en el escenario”¿ Curioso, no?

La retrospectiva que les mencionaba, estaba compuesta por cinco películas de entre toda la filmografía de Gordon Lewis. Blood feast(1963)2000 Maniacs(¡964),Color me blood red(1965)The wizard of gore (1971) y The gore gore girls (1975) De ellas, solo me referiré a Dos mil maniacos, ya que aparte de ser una de las películas canonícas del género , implantó muchas de las tradiciones que después se seguirían en toda película de ese estilo. El grupo de jóvenes alocados que llegan a un pueblo clásico, los extraños amistosos y al final dementes, la mezcla de humor negro y horror, las bandas sonoras que parecieran no terminar de encajar en el conjunto. Y cubetadas de sangre. Gordon Lewis pronto tuvo imitadores, seguidores, detractores y, también hay que decirlo, directores que lo superaron. Salto al comic, del que había estado desterrado por años debido al “Código”, a la literatura, a las artes plásticas incluso.  Y comenzó a evolucionar. 

Se convirtió en “Ultragore” gracias a los japoneses y su curioso experimento: Una serie de películas conocidas como Guinea pig La segunda de las cuales, La flor de carne y sangre (Ideshi  Hino1985) engendró  uno de los mitos más interesantes del cine: El Snuff.  La violencia real capturada en cámara. En este terreno, Hino fue obligado a mostrar la manera en que realizo sus efectos de tortura, debido a que una denuncia del actor norteamericano Charlie Sheen, hizo creer al FBI que la película era la grabación de una tortura real. Otro tanto pasaría al director de Holocausto caníbal (Rugero Deodato 1979) cuyas imágenes de violacion y empalamiento son enormemente realistas, y cuya infamia se debe a que las muertes de animales que se observan en ella, si son reales.

 Después,  por lo menos estéticamente hablando, hubo una vuelta más de tuerca con el Splatter, en el que la sangre y vísceras se volvieron prácticamente otro protagonista de las historias. Sin exagerar.
 Con el Gore  se rompió uno de los últimos tabúes del cine. La aparición de sangre en cámara. Si se toma en cuenta que ya se habían realizado decenas de películas sobre vampiros, criaturas sanguinarias por excelencia, sin mostrar una gota de sangre, se puede ver que la censura en ese terreno era muy fuerte.
Quizá el mas importante de los antecedentes cinematográficos de esta época, fue el que inauguro el norteamericano Roger Corman, cineasta bajo cuya tutela crecerían una veintena de directores que cambian la manera de hacer cine, y entre cuyos alumnos aparecen nombres como Spielberg, George  Lucas,   Martin Scorsese y George Romero.

Corman iniciaría la corriente llamada “Pesadilla americana” (American nightmare) dentro de la cual aparecerían muchas de las películas Gore mas emblemáticas, como Texas chainsaw massacre(Tobe Hooper 1974) Dawn of the death (George Romero 1978) y Nigthmare on Elm street (Wes Craven 1984) Esta corriente de las películas de terror se basaba en la subversión de los valores americanos, y en algunos casos, del ataque a los mismos, a veces debido a criaturas externas, pero mucho mas frecuentemente, debido a los mismos participes de estos valores. Así aparecieron las películas sobre asesinos seriales, sobre diversos profesionistas maniacos, sobre montañeses caníbales y degeneradas criaturas que merodeaban en la oscuridad de túneles subterráneos. Esta “Pesadilla americana” fue la respuesta creativa a un ambiente engendrado por la desconfianza, el desencanto y la ruptura posterior  los sesentas. En particular, se conoció como Slasher al tipo de películas en las que un maniaco de cualquier índole armado de un cuchillo, se abría paso entre personas, y a través de ellas.

El Gore se volvería con los años posteriores a su nacimiento un género extremadamente rentable, que produciría cientos de títulos; Como con cualquier otro, cuando la producción aumentó, la calidad  promedio bajo sensiblemente. Y aunque produciría muchas joyas a lo largo de los años, para las cuales la permisividad del género era una verdadera herramienta, estas se ahogaron en los mares de sangre y tripas que la industria produjo en los años siguientes. La mayoría de los espectadores asocian estas películas con argumentos baratos, muchísimos efectos baratos, algún desnudo ocasional y muy poca lógica.


El Gore ha dejado de ser un género presente en el cine actual. Aunque la sangre sigue siendo un factor en el cine moderno, ya no lo protagoniza. Pero la fascinación por la violencia  sigue estando presente, y prueba de ello es el éxito de modernas producciones como Hostal (Eli Roth 2005) The human centipede 1 y 2 (Tom Six 2010 y 2011) o la saga de SAW.  Aun queda por decir si el género conseguirá evolucionar o desaparecerá. Comparte junto con la pornografía, el apelativo de “Maldito” debido a que tiene tantos detractores como seguidores. Pero como en el festival MACABRO se dijo En el inicio, fue la sangre.

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