sábado, 30 de agosto de 2014

UNA PEQUEÑA AUSENCIA

En esta ocasión me he ausentado un poco de este rincón por causas ajenas a mi voluntad. Espero que está ausencia concluya en unas pocas horas. Por la paciencia de mis posibles lectores. Gracias. 

jueves, 21 de agosto de 2014

ARCHIVO 16 GRITOS EN EL PASILLO


Es algo bien sabido que en cuestión de películas de horror, cuenta mucho el modo en que se nos presenta la historia. Una y otra vez nos han contado las andanzas del conde Dracula y toda la fraternidad de hematófagos que le anteceden y proceden. Las andanzas de los hombres lobo han sido alteradas hasta hacerlas casi irreconocibles. Las presentaciones variadas para  la posesión satánica se nos multiplican. Y recién pude ser testigo de la gran alteración  del tema Actividad paranormal. Lo mudamos de ciudad, filmándolo en Tokio, en idioma Japonés, y queda irreconocible (No, no es cierto, pero parece que alguien en los estudios lo creyó)
Esta larga parrafada, tiene como objeto minimizar su reacción, ante la siguiente declaración. Acabo de ver una magnifica película de terror. Y está protagonizada por cacahuates.

Si aun siguen leyendo, es porque ya están acostumbrados a lo que escribo. Sé que iba a minimizar mis colaboraciones sobre el cine de terror, pero les juro que esta cinta que a continuación reseño, de verdad vale la pena.
Un famoso ilustrador de cuentos infantiles, es llamado a un hospital siquiátrico. El director del mismo desea que el artista cree murales en las paredes del manicomio, con la intención de hacer del lugar un sitio menos lúgubre. Creyendo que ayuda a la terapia de los internos, el artista acepta. Pero pronto se da cuenta de que algo extraño ocurre en el asilo. Durante las noches, es testigo de extrañas apariciones. Y mientras trabaja, escucha alaridos en los pasillos. Y poco a poco se va sumergiendo en una atmosfera cada vez más enloquecedora, que le revelará que el lugar donde se encuentra, lentamente se va convirtiendo en una prisión.

No quiero hablar más de la anécdota de la película, para no arruinárselas a mis lectores. Y de todas maneras, aun hay que aclarar mi descripción inicial. Esta película española, dirigida por Juanjo Ramírez, y lanzada en 2007, lleva el merito adicional de estar protagonizada por cacahuates, en una innovadora manera de hacer animación. Sacando gran partido de sus decorados en miniatura, la cinta nos presenta una fotografía que es una delicia, al mismo tiempo que un copioso homenaje al género, en el que desfilan referencias a Nosferatu, a Gabinete del doctor Caligari, al primer Dracula, y a cintas mucho más modernas, como Atrapado sin salida o Pi.


Sin embargo, la efectividad de Gritos en el pasillo supera la peculiaridad de su realización. Es una autentica cinta de horror con todas las de la ley. Intrigante, oscura y bien narrada. Que sean unos cacahuates y no actores, quienes están atrapados en esta pesadilla, no la hace ni menos interesante ni menos  atractiva.  Y a pesar de que seguramente ese será el detalle que la gente recuerde mas, si ayuda a que durante hora y media, nos dejemos envolver por este oscuro cuento de terror botanero (Nunca mejor aplicado) los creadores habrán acertado a la hora de elegir el vehículo para contar su historia. Trayéndonos una película sui generis, divertida y alucinante.

martes, 19 de agosto de 2014

ARCHIVO 15 EL CINE GORE


Dentro del festival de cine MACABRO 2009, exhibido en el centro cultural universitario y la cineteca nacional, una de las cosas que más llamo la atención fue la retrospectiva dedicada a Herschell Gordon Lewis, para muchos cinéfilos, el cineasta padre del genero Gore. Bautizado así por la gran cantidad de sangre que se muestra en pantalla, es irónico que, al menos como genero escénico, el espectáculo de las vísceras y la sangre ya tuviera una denominación cuyo nombre se asocia hoy con cosas muy diferentes. Guiñol.

En 1888 cuando el teatro de Grand Guignol presentaba sus espectáculos en Paris, la descripción que los críticos hacían de este teatro de marionetas era algo parecido a esto. “Historias sobre esposas infieles y maridos igualmente infieles, que perpetraban espantosas venganzas en las que abundaban las estrangulaciones, las extremidades cercenadas, los ojos arrancados y la locura rampante, todo esto representado  entusiásticamente en el escenario”¿ Curioso, no?

La retrospectiva que les mencionaba, estaba compuesta por cinco películas de entre toda la filmografía de Gordon Lewis. Blood feast(1963)2000 Maniacs(¡964),Color me blood red(1965)The wizard of gore (1971) y The gore gore girls (1975) De ellas, solo me referiré a Dos mil maniacos, ya que aparte de ser una de las películas canonícas del género , implantó muchas de las tradiciones que después se seguirían en toda película de ese estilo. El grupo de jóvenes alocados que llegan a un pueblo clásico, los extraños amistosos y al final dementes, la mezcla de humor negro y horror, las bandas sonoras que parecieran no terminar de encajar en el conjunto. Y cubetadas de sangre. Gordon Lewis pronto tuvo imitadores, seguidores, detractores y, también hay que decirlo, directores que lo superaron. Salto al comic, del que había estado desterrado por años debido al “Código”, a la literatura, a las artes plásticas incluso.  Y comenzó a evolucionar. 

Se convirtió en “Ultragore” gracias a los japoneses y su curioso experimento: Una serie de películas conocidas como Guinea pig La segunda de las cuales, La flor de carne y sangre (Ideshi  Hino1985) engendró  uno de los mitos más interesantes del cine: El Snuff.  La violencia real capturada en cámara. En este terreno, Hino fue obligado a mostrar la manera en que realizo sus efectos de tortura, debido a que una denuncia del actor norteamericano Charlie Sheen, hizo creer al FBI que la película era la grabación de una tortura real. Otro tanto pasaría al director de Holocausto caníbal (Rugero Deodato 1979) cuyas imágenes de violacion y empalamiento son enormemente realistas, y cuya infamia se debe a que las muertes de animales que se observan en ella, si son reales.

 Después,  por lo menos estéticamente hablando, hubo una vuelta más de tuerca con el Splatter, en el que la sangre y vísceras se volvieron prácticamente otro protagonista de las historias. Sin exagerar.
 Con el Gore  se rompió uno de los últimos tabúes del cine. La aparición de sangre en cámara. Si se toma en cuenta que ya se habían realizado decenas de películas sobre vampiros, criaturas sanguinarias por excelencia, sin mostrar una gota de sangre, se puede ver que la censura en ese terreno era muy fuerte.
Quizá el mas importante de los antecedentes cinematográficos de esta época, fue el que inauguro el norteamericano Roger Corman, cineasta bajo cuya tutela crecerían una veintena de directores que cambian la manera de hacer cine, y entre cuyos alumnos aparecen nombres como Spielberg, George  Lucas,   Martin Scorsese y George Romero.

Corman iniciaría la corriente llamada “Pesadilla americana” (American nightmare) dentro de la cual aparecerían muchas de las películas Gore mas emblemáticas, como Texas chainsaw massacre(Tobe Hooper 1974) Dawn of the death (George Romero 1978) y Nigthmare on Elm street (Wes Craven 1984) Esta corriente de las películas de terror se basaba en la subversión de los valores americanos, y en algunos casos, del ataque a los mismos, a veces debido a criaturas externas, pero mucho mas frecuentemente, debido a los mismos participes de estos valores. Así aparecieron las películas sobre asesinos seriales, sobre diversos profesionistas maniacos, sobre montañeses caníbales y degeneradas criaturas que merodeaban en la oscuridad de túneles subterráneos. Esta “Pesadilla americana” fue la respuesta creativa a un ambiente engendrado por la desconfianza, el desencanto y la ruptura posterior  los sesentas. En particular, se conoció como Slasher al tipo de películas en las que un maniaco de cualquier índole armado de un cuchillo, se abría paso entre personas, y a través de ellas.

El Gore se volvería con los años posteriores a su nacimiento un género extremadamente rentable, que produciría cientos de títulos; Como con cualquier otro, cuando la producción aumentó, la calidad  promedio bajo sensiblemente. Y aunque produciría muchas joyas a lo largo de los años, para las cuales la permisividad del género era una verdadera herramienta, estas se ahogaron en los mares de sangre y tripas que la industria produjo en los años siguientes. La mayoría de los espectadores asocian estas películas con argumentos baratos, muchísimos efectos baratos, algún desnudo ocasional y muy poca lógica.


El Gore ha dejado de ser un género presente en el cine actual. Aunque la sangre sigue siendo un factor en el cine moderno, ya no lo protagoniza. Pero la fascinación por la violencia  sigue estando presente, y prueba de ello es el éxito de modernas producciones como Hostal (Eli Roth 2005) The human centipede 1 y 2 (Tom Six 2010 y 2011) o la saga de SAW.  Aun queda por decir si el género conseguirá evolucionar o desaparecerá. Comparte junto con la pornografía, el apelativo de “Maldito” debido a que tiene tantos detractores como seguidores. Pero como en el festival MACABRO se dijo En el inicio, fue la sangre.

sábado, 16 de agosto de 2014

MAS NEGRO QUE LA NOCHE 2014


Debo decir que no me gusta hablar mal de las películas. Lo hago, si, pero siempre existe una sensación de culpabilidad, porque comprendo el trabajo artístico, y el enorme esfuerzo que conlleva poner en escena, laborar para conjuntar talentos, para obtener patrocinios, para llevar a cabo un sueño. Debido a ello, procuro no hacer muchas reseñas de películas que no me gusten. Siguiendo la política de “Sí no tiene s nada bueno que decir, no digas nada” De vez en cuando, sin embargo, ocurre que creo que merece la pena hacer la crítica de algo que no  me agradó. Tal es el caso en esta ocasión.

Carlos Enrique Taboada es uno de esos cineastas mexicanos que la posteridad injustamente no ha colocado del todo en su lugar, como el garbanzo de a libra que es. Escritor de guiones magistrales, director de películas de gran efectividad y complejidad, cultivador de un género despreciado en México, que es el terror, este cineasta ha producido varias de las más extraordinarias cintas  de nuestra filmografía. Hasta el viento tiene miedo (1968) El Libro de piedra (1968) Veneno para las hadas ( 1984) y Mas negro que la noche (1975) Tres de estas cintas ya sufrieron el traumático remake, y es de esta ultima de la que me ocupare ahora.

En el original, 4 chicas recibían la noticia intempestiva de que una de ellas había heredado una fortuna de una tía olvidada. La única condición, cuidar a la mascota de la difunta. Un gato negro llamado Bécquer. El gato muere y una horrible maldición se desata sobre las culpables. Todo en una atmósfera de casona, con un delicado toque de suspenso y horror. El gato es un protagonista ominoso, un fantasma furtivo, y su venganza es plenamente justificada.

En el remake, 4 chicas “modernas”  una de las cuales hereda un gato y una mansión, son aterrorizadas por las apariciones de su ama de llaves silenciosa. Una de ellas lentamente es poseída por el espíritu de la tía muerta, mientras las otras se preparan para ser abono de jardín. Menudean los sustos de casa del terror, no hay un asomo de lógica, escuchamos voces de ultratumba que parecen bromas de borrachos, casi esperamos ver fantasmas de sabanas y a Scooby Doo en algún momento, los cortes de edición son tan descuidados que juro que hay una secuencia en el clímax, que está montada al revés.

Nada queda del original. La casa es lóbrega y la escenografía correcta. Pero no hay historia. Se nos muestran datos que nunca vuelven a mencionarse. Hay una niña fantasma en la película porque TODA CINTA DE TERROR DEBE TENER UNA NIÑA FANTASMA. Solo por eso. El gato es un accesorio que desaparece, cuando en el original es crucial y protagónico. Margarita Sanz, una gran actriz, teje su papel de manera competente, y a ratos incluso sobresaliente, superando incluso la mala escritura del mismo. Pero ni ella puede salvar lo que es una película incoherente.

Presentarla como la primera película mexicana en formato 3D solo hace aun mas pretenciosa la cinta. Porque podrían haber realizado el experimento con un guion original, y no con un material que los productores ni siquiera se molestaron en comprender en su elegancia y belleza.

Por lo que a mí respecta, no gasten su dinero en ver Mas negro que la noche (Henry Bedwell) Quédense con la original. Y finjamos todos que esto simplemente no paso.

jueves, 14 de agosto de 2014

ARCHIVO 14 BATMAN AÑO UNO


En los últimos años, DC cómics ha aplicado sus esfuerzos cinematográficos hacia la animación, dejando un poco de lado las adaptaciones de sus obras con actores reales (Tan sólo la saga del caballero nocturno de Nolan ha tratado de sacar la cara para hacer frente a la invasión Marvel cómics en lo que a superhéroes se refiere). En ese terreno, los resultados han sido desiguales, pues van desde lamentables trucos publicitarios como La muerte de Superman (Bruce Timm, Lauren Montgomery, Brandon Vietti 2010) hasta ingeniosas adaptaciones  de historias nacidas de los comics, como Crisis en las dos tierras (Sam Liu, Lauren Montgomery 2010) pasando por muestras de las aventuras de la Mujer Maravilla, Linterna verde y el favorito de muchos, por su complejidad como personaje de historieta. Me refiero a Batman.

Frank Miller y David Mazzuchelli crearon hace algunos años una historia donde se exploraba el primer año de  actividades del encapotado de ciudad Gótica (Cosa muy adecuada, ya que fue Miller quien escribió en los 80s el último caso de Batman en su celebre novela gráfica Dark Knigth Returns, uno de los cómics más celebrados de todos los tiempos). En esta historia, se nos muestra a un Bruce Wayne que regresa a Ciudad Gótica después de 12 años, en los que se ha preparado en todo el mundo para iniciar su cruzada contra el crimen,  que le arrebató a sus padres. Tiene las habilidades físicas y deductivas para ser un luchador contra el crimen, pero carece de experiencia o método. Al mismo tiempo que él, a la ciudad llega un oscuro teniente de policía, James Gordon. Trae consigo a una esposa embarazada, y la mala fama de honradez que le genero denunciar a algún compañero en su anterior comisión. A partir de allí, la historia se mueve de manera paralela, narrando las aventuras de ambos personajes, el policía honrado en una ciudad corrupta, y el millonario que trata de encontrar la manera de llevar a cabo su misión. El destino terminará uniéndolos de manera sorprendente.

Este cómic sirve de guía para la adaptación animada, que es idéntica, aunque le roba un poco de la corrosiva y pesimista visión de Miller, así como muchos de los reflexivos monólogos que los personajes van hilvanando a lo largo de la novela gráfica. Lo que nos deja es el retrato de un superhéroe que inicia sus actividades, comete errores, y va fraguando una leyenda. Batman ha sido desde siempre, uno de los personajes salidos del mundo de las historietas que más ha fascinado a los creadores, tanto cineastas, como pintores, escritores y músicos. Se debe quizá a su sesgo trágico, o a la facilidad con que su estética más bien oscura, se adapta  y permite narrar todo tipo de historias. 

El personaje ha pasado por todo tipo de altibajos, desde la época de sus primeros seriales, cuando la máscara parecía hecha con calcetines, hasta la moderna armadura negra que vistió Christian Bale, pasando por la adaptación de Burton, y el risible Batman de Adam West, que incluso se permitía bailar twist. Y ahora, próximamente, Ben Affleck sera el hombre murciélago. Y medirá fuerzas con Superman.

De tal suerte que, si eres aficionado a los dibujos animados, o seguidor del caballero de ciudad Gótica, o simplemente te gustan las historias de acción con algo más de substancia que el común denominador, Batman, Año uno es una buena opción. Una recomendación del pollo cinéfilo.

martes, 12 de agosto de 2014

ARCHIVO 13 EXIT THROUGH THE GIFT SHOP


Cuando alguien utiliza tu puerta o el exterior de las paredes de tu casa como lienzo para pintar, es poco probable que te parezca una obra de arte. Desde siempre, el graffiti  ha sido una manifestación artística sujeta a gran controversia. Para algunos es simple vandalismo, para otros, el intento de integrar la plástica a nuestras asfixiantes ciudades, de una manera osada e inusitada. Moderno tribalismo pictórico, códigos criminales velados y así podríamos seguir. Aunque no es ni de cerca el primero, Exit througth the gift shop es un interesante documental en torno a esta temática. Dirigido por Bansky, un moderno grafitero y artista urbano, este documental arranca con la obsesión de un inmigrante francés en Estados Unidos, Thierry Guetta,
 por el cine (debería decir por la mera captura de imágenes) primero, luego por el graffiti, y tras una primera temporada tras los pasos de  Space Invader,  Shepard Fairey (Famoso hoy por el poster en azul y rojo que compuso para la campaña presidencial de Barack Obama) Monsieur André, Zeus(un artista extraordinario que se especializa en pintarle sombra a los objetos cotidianos) y otros, su encuentro fortuito y definitorio con Banksy.

A partir de aquí, veremos un fenómeno sorprendente. El documentalista se convierte en objeto de observación, y el observado pasa a volverse un testigo ocular de la mutación de nuestro cineasta en una moderna figura del arte moderno. La primera parte nos da un formidable recorrido espástico por el arte urbano, prácticamente in situ, ya que Guetta sigue a los artistas hasta “la escena del crimen” el lugar donde plasman su obra. La segunda parte, Banksy observa a un hombre que parece incapaz de plasmar en una cinta coherente lo que ha visto. Guetta no tiene lenguaje, ni propósitos, ni incluso, la sensibilidad e inteligencia para realizar su película. Pero al mismo tiempo, descubre que no debe hacerla. Que puede, en lugar de un testigo, volverse el protagonista. Inicia su carrera de artista urbano. Es aquí donde la película alcanza su clímax. Porque a través de los ojos de Banksy, vemos literalmente la fabricación de un artista plástico, partiendo prácticamente de la nada. Guetta, que aparentemente es un analfabeto artístico, se transformara a fuerza de pose, trabajo demencial, publicidad y promoción, en un exitoso artista plástico: Míster Brainwash.

Es justo aquí donde la película alcanza sus mejores momentos. ¿Es Mr. Brainwash un verdadero artista plástico? ¿Es al menos una voz interesante en el panorama pictórico? ¿Su trabajo no es solo la acumulación de lugares comunes artísticos y mucha superficie sin substancia? ¿Es un plagio lo que hace? (Y aquí cabe destacar que el mismo Banksy, a pesar de su celebridad como fenómeno contracultural, ha sido acusado de plagio, mercantilismo y oportunismo artístico) Para poder decirlo es necesario ver la película, toda la obra de Mr. Brainwash, y aun así, es probable que no podamos tener un fallo definitivo. La misma película lo sugiere, cuando dictamina que será el tiempo el que decida si lo que estamos viendo es arte o no. Desde mi perspectiva, es un experimento social fascinante, que trata una vez mas de colocar bajo la lupa al arte, intentando viviseccionarlo, sin saber que se trata de una labor imposible por definición. Si el arte está vivo, encerrarlo, partirlo, taxonomizarlo, solo lo destruye, volviéndolo inalcanzable. Una gran propuesta fílmica,  en su año nominada al Oscar a mejor documental. La estrambótica recomendación de esta semana del pollo cinéfilo. 

viernes, 8 de agosto de 2014

CIUDADANO BUELNA


En nuestro país, pueden reconocerse dos etapas del cine histórico. Aquel que durante años nos mostró  a los protagonistas de la historia nacional  tal y como las veíamos en las monografías y en los idealizados retratos que cada festividad patria adornaban las paredes. Acartonados paladines con la mente saturada de patriotismo, que hablaban solo para soltar frases históricas a diestra y siniestra, terribles traidores mefistofélicos sin una pizca de decencia en el corazón, y mártires que sacrificaban hasta la última gota de sangre y bocanada de aliento en los altares cívicos. Porque adoramos a nuestros mártires.

Luego, vino una segunda etapa, más “inteligente”. En ella, nuestros caudillos cambiaron. Se volvieron humanos. Bebían, reían, maldecían, albureaban, se enamoraban una y otra vez. Ya se permitían soltar entre discurso y discurso alguna grosería muy mexicana. Y seguían siendo tan extraños a la realidad social como los cráteres de la luna. Si en algo ha fallado nuestro cine nacional, salvo contadísimas excepciones, es en decirnos quién diablos fabrico  la patria.

 Tomen como ejemplo dos figuras centrales de la historia nacional. Miguel Hidalgo y Francisco Villa. El primero, elevado a la categoría de padre de la patria, es poco menos que un santo. Retratado desde La virgen que forjo una patria (Julio Bracho 1942) aunque hay menciones de que apareció en un cortometraje realizado en 1907 dirigido por Felipe Haro, y que desgraciadamente no se conserva.  Siempre mostrado como un anciano sabio y benevolente, a pesar de que solo contaba  58 años en el momento de su muerte, la figura contradictoria y compleja del cura Hidalgo no ha sido nunca retratada de manera concienzuda en el cine (Antonio Serrano, en Hidalgo, la historia jamás contada, se salió por la tangente y decidió que la mejor manera de “humanizar” a don Miguel era volviéndolo mujeriego, jugador y fiestero) 

Con Pancho Villa el fenómeno se repite. Poseemos dos referencias. Pedro Armendáriz como un Villa entrañable, noble, violento, tierno, justiciero y caprichoso en la trilogía de Ismael Rodríguez  Así era Pancho villa(1957) Pancho Villa y la Valentina (1960) y Cuando ¡Viva Villa...! es la muerte (1960) o  como el macho por antonomasia que le sirve de conciencia al protagonistas de Entre Pancho Villa y una mujer desnuda(Sabina Berman e Isabelle Tardán 1996) En ninguno de los casos, el cine nos ha permitido saber quienes son estos personajes, denostados en su tiempo, seguidos por miles de personas, y que seguramente fueron mas que una calva o un bigote y cananas.

Un director mexicano que se ha acercado en más de una ocasión a los personajes históricos es Felipe Cazals. Desde que dirigiera cortometrajes documentales sobre Alfonso Reyes, ha dirigido Viva Zapata…muera Zapata (1970) Aquellos años(1973) sobre la vida de Juárez durante la guerra de Reforma y la intervención francesa, La güera Rodríguez (1978) sobre esta controversial figura menor de nuestra historia, Testimonios de la revolución (1986) Kino (1993) sobre el célebre misionero español , Su Alteza serenísima (2000) sobre Antonio López de Santa Anna, Chicogrande (2010) ambientada durante la expedición Punitiva que organizara el gobierno de EUA para atrapar a Villa, y ahora Ciudadano Buelna (2013) que nos narra la vida de una de las figuras olvidadas de la revolución mexicana. El sinaloense Rafael Buelna.

Cazals es un experto en la reproducción de los ambientes históricos. Sus películas siempre han gozado de buena precisión histórica y el diseño de producción revela a un director competente. Escoge a una de esas figuras que nuestra historia oficial ha barrido bajo la alfombra, limitando la revolución a una serie de duelos de pistola que alternativamente fueron perdiendo Díaz, Madero, Huerta, Villa, Zapata, Carranza, Obregón y Calles, hasta la llegada del sacrosanto partido que institucionalizó la revolución. En este grupo de ilustres desaparecidos, junto a Buelna, se encuentran figuras como Felipe Ángeles, Eulalio Gutiérrez o Lucio Blanco.
Buelna es aquí retratado como un revolucionario inconforme, un idealista y sobre todo, un demócrata rabioso que deplora a los caudillos. Cazals no puede renunciar del todo a que su personaje este contagiado de solemnidad, y hable de vez en cuando como si fuera la historia la que lo escucha.  Para esta historia, la revolución está protagonizada por unos cuantos patriotas, algunos prácticos y otros idealistas, rodeados de canallas, cobardes y oportunistas, que al final, son los verdaderos ganadores, consiguiendo incluso usurpar un lugar en la historia que no merecen. El olvido solo es la última afrenta que enfrentan los héroes que a Cazals le gusta retratar.


Hay reproducción de algunos episodios históricos mexicanos que merecerían en sí mismos una película, como el que los zapatistas protagonizaran en la convención revolucionaria de 1914 encabezada por Antonio Díaz Soto y Gama, y que es conocido como “incidente de la bandera” o el momento en que Álvaro Obregón enfrentó un pelotón de fusilamiento bajo órdenes del propio Buelna.  Les recomiendo la cinta de Cazals Ciudadano Buelna. Hace que giremos la cabeza en una dirección poco común. Ya solo eso, merece un reconocimiento.

martes, 5 de agosto de 2014

LA IMAGEN AUSENTE


¿Cómo podemos retratar el dolor? Alguno responderá que es sencillo, sobre todo en estas épocas de medios electrónicos que hacen volar una imagen de un lado a otro del planeta en un segundo. Nada nos es ajeno en este ambiente súper conectado. Y ese podría ser un problema. Tantas imágenes equivalen a ninguna. Tanto estimulo se pierde como el proverbial bosque oculto tras los arboles. Es así que un hombre ha decidido convertirse en la memoria de su tiempo y su gente. Rithy Pahn es un director Camboyano, que vivió en carne propia uno de los grandes horrores del siglo 20. Conocido como el periodo de la Kampuchea democrática, se trata de un periodo negro en la historia de ese país, en el que, tras el triunfo de los rebeldes comunistas conocidos como Jemeres rojos,  entre un millón y medio y dos millones de personas fueron asesinadas debido a que se les consideraba enemigos del estado. Se les obligo a abandonar las ciudades, y trabajar en el campo, marchar de un lugar a otro, carentes de alimentos, y a recibir “Re educación ideológica”, que mayoritariamente consistía en trabajos forzados, tortura y ejecuciones sumarias.  Estos horrores hicieron tristemente célebre el nombre de su líder. Pol Pot.

Rithy Pahn ha dedicado muchos de sus trabajos a reconstruir el horror que el mismo sobrevivió, y en el que el resto de su familia pereció. Con L´Image manquante (2013) realiza un conmovedor esfuerzo. Tomar las pocas imágenes que sobre la masacre sobreviven, y complementarlas de una manera poética y estremecedora. Con figurillas de barro pintadas, elabora dioramas en los que retrata el horror de los campos de reeducación y las zonas de trabajos forzados. Aquello de lo que no existen imágenes, Pahn lo reconstruye en su memoria y para nosotros, con lo que podrían parecer inocentes artesanías. Es aquí, donde reside la potencia demoledora del filme. Estas desvalidas figuras de barro, representan con una crudeza extraordinaria, lo que probablemente ni siquiera las fotos y videos de la época hubieran conseguido. El director atrapa el dolor de su niñez en este ejército de figurillas  frágiles, delicadas, contradictorias, que sirven para retratar a verdugos y víctimas. Hay un momento, en que es necesario girar la vista en otra dirección. Porque la elección de material no podría ser mas desgarradora y adecuada. Somos barro, somos polvo. Estamos constituidos de una manera muy frágil. Y somos capaces de recibir o de infligir un gran daño. El dolor, la pérdida, la crueldad, la locura ideológica, quedan contenidos en objetos que a cualquier mirada, podrían parecer juguetes. Pero que no lo son. Se convierten en el complemento ideal de esta imagen ausente que el cineasta persigue desde hace años.


Vean La imagen ausente si tienen la oportunidad. No podría catalogarla de documental, porque un diario tan íntimo rebasa esta pequeña denominación. Les advierto. No es una cinta sencilla de ver. Como toda buena pieza artística, tiene algo de espejo. Da miedo saber de lo que somos capaces como especie.

ARCHIVO 12 TERROR EN LA BAHIA


Realizar una película de terror es adentrarse en un terreno peligroso. No solamente porque es un genero despreciado por los cineastas “serios”,  que utilizan sus elementos y retoman sus maneras narrativas, pero rechazan ser clasificados entre sus filas (Michael Haneke, Lars Von Trier, Roman Polansky, por citar solo algunos nombres, se sirven de las maneras del terror para contar sus historias, pero nadie los clasificaría como directores de miedo) El terror, hay que aceptarlo, aun es visto por encima del hombro por sus hermanos fílmicos, como un subproducto del cine fantástico, comercial, facilón, predecible pero sobre todo, ligero.

Yo soy un fan del terror, y es desde esta posición que debo disentir. Es este género, el que más se ha permitido desafiar a las buenas conciencias, a los prejuicios, a las grandes ficciones de la vida moderna. El gabinete del Doctor Caligary (Robert Wiene 1920) es una aterradora y acertada profecía sobre la llegada del totalitarismo al poder.  Last House on the left (Wes Craven 1972) muestra a un conjunto de habitantes de suburbio convertidos en verdugos y torturadores, víctimas de la violencia urbana. Dawn of the dead (George Romero 1978) una rabiosa critica al consumismo y la uniformización de la sociedad moderna, usando como herramienta a nuestros queridos muertos vivos. Y nunca una película ha retratado mejor la paranoia y xenofobia de los EUA en la época de McCarthy que La invasión de los usurpadores de cuerpos(Don Siegel 1956) Por citar solo unos pocos ejemplos.

El recurso del documental es una de las nuevas armas del cine de terror, pero por desgracia, son pocos los cineastas que han sabido sacarle partido a la herramienta.  La mayoría se limitaron a emular el hallazgo de Eduardo Sánchez y Daniel Myrick  con Blair Witch project (1999) que tampoco es una novedad, si recordamos a Ruggero Deodato y su deleznable Holocausto caníbal (1980) El gran exponente actual es Oren Peli, con su larga y aburridísima serie de Actividad paranormal. El produce justamente, la película que reseño a continuación. Aunque detrás de ella hay un veterano del cine. The Bay (Barry Levinson 2012)
La película, filmada en plan falso documental, simula una denuncia filtrada al internet por periodistas y cineastas independientes, que desean difundir un hecho censurado por el gobierno y los medios. Nos muestra un pacifico pueblo costero en las bahías de Chesapeake, en el que se desata una extraña enfermedad. Al principio se manifiesta  por espasmos, forúnculos y erupciones cutáneas pero  poco a poco deriva en espantosas muertes y mutilaciones inexplicables. La comunidad observa inerme como sus habitantes caen en una pesadilla de infestación, sin atinar a combatir el extraño mal que los destruye. Se nos muestra la irresponsabilidad de las autoridades, y la incompetencia de mandos médicos y políticos para combatir una situación provocada por el deterioro ambiental, la ambición, la irresponsabilidad y la demagogia (Si a alguien más le suena familiar esto…)

Rodada con gran economía de recursos visuales, buen  ritmo, y aprovechando al  máximo el lenguaje documental, mostrando justo lo necesario y dejando a nuestra imaginación el resto, esta es una de las mejores cintas de documental-terror que he visto en los últimos años. La mano de un ganador de premio Oscar se nota inmediatamente, lo que nos demuestra que no basta con que la herramienta exista. Debe haber un creador sacándole el máximo partido.

Si tienen oportunidad vean The bay. Un par de sustos no le vienen mal a nadie de vez en cuando. Y si llevan su pequeña dosis de crítica social, mejor que mejor.

lunes, 4 de agosto de 2014

MI GRAN OPORTUNIDAD


Las temáticas cinematográficas, en los últimos años desesperadas por salir del limbo de inspiración en el que se encuentran, no siempre pueden darse el lujo de desperdiciar una anécdota que parezca trivial. Las historias de superación personal han estado allí, más o menos veladas , desde los inicios del cine. Las hay de todos colores. Desde tragediones que, parafraseando a Don gato, hasta matan de risa, hasta hermosas epopeyas de perseverancia dignas de un himno. Y todo lo que cabe en medio, que déjenme decir que no es poco. Sin llegar a estar en ninguno de los extremos antes descritos. One chance  (David Frankel 2013) es una divertida cinta que retrata la aventura de vida que significa la existencia de Paul Potts.

Es posible que ustedes no sepan quién es este rechoncho británico. Ganador de un concurso televisivo (Britain got's Talent) Paul alcanzó una celebridad mayúscula cuando el video de su presentación en dicho show se volvió viral en la internet, alcanzando más de 100 millones de reproducciones. Por encima de todo, porque, al igual que otros vídeos de ínternet del estilo, ponía en evidencia uno de nuestros grandes prejuicios como sociedad, al menos en Occidente. El desmedido culto a la imagen. Que nos obliga a pensar que si alguien parece un pobre diablo, entonces debe cantar, bailar, hablar y pensar como uno. 


Potts es un hombre con un sueño. Ser cantante de ópera. La historia nos lo muestra profundamente comprometido con ese sueño, pero incapaz de llevarlo a cabo, dado que la mala fortuna le da revés tras revés. Su nerviosismo, su incredulidad ante su propio talento, aunado a esta especie de maldición personal, lo marginan de cualquier oportunidad, excepto, como señala el titulo de la película, de la ultima. Que, como reza el lugar común, es la vencida. Al final, a eso se reduce la cinta. A contarnos una historia cuyo final ya conocemos, pero que voluntariamente decidimos ignorar, como en toda buena peli de aventuras, donde sabemos que los malos pierdan y el héroe rescatara botín y chica, no importa cuánto conspire el universo para que no sea así.


Filmada con gran ritmo, escrita para ser conmovedora y emocionante, Mi gran oportunidad es de esas películas divertidas, que bien pueden verse en el cine sin salir decepcionado, pero que quedan olvidadas un par de meses después de su vista. Porque el fenómeno que retratan es mucho mas evocador, emotivo y sobre todo, mucho mas escueto. Un elemento que, de vez en cuando, los realizadores olvidan. Lo cual es triste para todos aquellos que estamos ansiosos de que, al apagarse las luces, nos cuenten una buena historia, y lo hagan de un modo agradable. Que le vamos a hacer.